Un buen golpe necesita de un conductor profesional. Éste se encarga de esperar fuera con el motor en marcha, preparado para salir huyendo en cuanto se cometa el golpe. A veces, su pericia sirve para huir de la policía si las cosas salen mal.
Simon es un profesional, por lo que no contrata a cualquiera. Por eso, para este golpe elige a Roberts, un hombre que fue campeón de Fórmula 1 y que ahora enseña a conducir a los futuros pilotos, por lo que sabe lo que hace cuando tiene un volante en las manos.
Robert le va a salir muy rentable a Simon, pues además de huir de la policía, le ayudará a hacer lo mismo de la mafia local, que quiere arrebatarle a Simon el botín que ha obtenido en sus golpes.
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